Presentamos a la comunidad Uniservitate

Habiendo cerrado el cuarto año desde la creación de Uniservitate y ya transitando su segunda fase, presentamos hoy este Boletín que se difundirá cada dos meses entre los miembros del Programa y que aspira ser un nuevo espacio de comunicación y fortalecimiento de nuestros vínculos.

Cuando en septiembre de 2019 iniciamos Uniservitate buscamos encontrarnos con quienes ya venían desarrollando proyectos de aprendizaje-servicio desde las instituciones de educación superior católicas. Queríamos conformar una red poliédrica global y aprender juntos en y de la diversidad de cada región.

La pandemia nos obligó a replantear algunas iniciativas, pero no nos detuvo; hizo más evidente la urgente necesidad de universidades “en salida”. Agudizamos el ingenio y recreamos los recursos digitales para poder tener encuentros significativos y seguir aprendiendo y sirviendo aún en aislamiento.

Así fuimos conociéndonos entre los que hoy integramos Uniservitate y descubriendo los contextos, problemáticas y fortalezas de cada uno para integrar el conocimiento académico con el servicio solidario protagonizado por los estudiantes. Y un día reconocimos que más que un programa Uniservitate es esa red poliédrica que se había buscado formar, una comunidad fraterna que comenzó a dar frutos no sólo a nivel académico. Por caso, dos de las universidades referentes de Uniservitate acogieron en sus equipos a personas que debieron dejar sus países a raíz de la guerra en Ucrania y el autoritarismo en Nicaragua.

Somos testigos de la capacidad transformadora del aprendizaje-servicio en un momento -según explica Richard Brosse, de Porticus- “de cambio de época multidimensional como el que está atravesando la humanidad”. En la apertura del IV Simposio Global Uniservitate, realizado en Filipinas en noviembre pasado, Brosse afirmó que frente a tantos cambios culturales, antropológicos, filosóficos, religiosos y espirituales “podemos sentirnos impotentes, pero no somos impotentes. Para nosotros que estamos comprometidos con el mundo de la educación, este cambio es un llamado a tener una pedagogía integral que produzca un nuevo tejido antropológico para el bien de la humanidad. Esta es la genialidad del aprendizaje-servicio, lo que lo hace increíblemente transformador”.

Queremos seguir creciendo, aprendiendo juntos y compartiendo experiencias solidarias con más y más instituciones de educación superior católicas, o de inspiración católica. Por eso en este boletín lanzamos la convocatoria al proyecto de Membresías y anticipamos algunos incentivos como becas de investigación y el Premio Uniservitate 2024.

Compartimos también en el Boletín información sobre los encuentros globales y regionales de Uniservitate y eventos como el Simposio Global, las conferencias internacionales realizadas en Kenia, Palestina y los Estados Unidos y nuestra presencia en la Jornada Mundial de la Juventud Lisboa 2023. Comunicamos con alegría y gratitud dos iniciativas generadas a partir del intercambio fraternal entre los nodos regionales: un momento de Oración mundial (cuya información se brinda en este Boletín) y “Un decálogo de lecciones aprendidas. Cómo gestionar regionalmente un programa global de aprendizaje y servicio solidario en la educación superior católica” de próxima publicación.

Asimismo, damos cuenta de reconocimientos e iniciativas de quienes supieron cultivar las semillas del aprendizaje-servicio, como es la trayectoria de una religiosa albanesa, el reconocimiento internacional que recibió una de las universidades acompañadas por Uniservitate y la participación en el programa Erasmus, de la Unión Europea, de un proyecto de universidades ucranianas en el que participan representantes de Uniservitate y CLAYSS como organización referente del AYSS. Y amplificamos las voces de algunos protagonistas, miembros del Consejo Académico de Uniservitate o referentes de los nodos regionales y de Porticus, que aluden al valor del aprendizaje-servicio para sus vidas y contextos.

Información y perspectivas que testimonian que otra forma de vincularse dentro y fuera de las universidades es posible. Por eso nos hemos propuesto profundizar la dimensión espiritual del aprendizaje-servicio y abrir el diálogo a congregaciones e instituciones religiosas con vasta trayectoria en distintos continentes.

Queremos que el mundo sepa que la Esperanza está viva para la educación y, aún con nuestros límites y en nuestra pequeñez, queremos ser una vela que encienda otras velas para que la Luz brille cada vez con más intensidad.

Coordinación Uniservitate

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