La pedagogía del aprendizaje-servicio se practica, evalúa e investiga en los cinco continentes y está cambiando corazones e instituciones educativas en todo el mundo. Así quedó en evidencia durante la XX Semana Internacional del Aprendizaje Servicio Solidario que se realizó en Buenos Aires entre el 22 y 25 de agosto pasado y en la que participaron medio millar de docentes, investigadores y estudiantes de veintiún países.
Organizada por el Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario (CLAYSS) la Semana desplegó una rica agenda en la que se escucharon todas las voces. Las principales actividades fueron el 26º Seminario Internacional de Aprendizaje y Servicio Solidario, la VI Jornada de Investigadores sobre Aprendizaje Servicio (JIAS), un encuentro global del programa Uniservitate, una reunión de la Red Iberoamericana de Aprendizaje Servicio Solidario (REDIBAS) y el VI Encuentro de Aprendizaje-Servicio Solidario en las Artes.
“El aprendizaje-servicio es la mejor innovación que existe porque uno puede aprender, pero eso no quiere decir que está siendo educado. El aprendizaje se produce dentro del aula; para educarse hay que ir a la comunidad y conocer sus problemas. Esto nos prepara para ser líderes que toleren y respeten a otras personas y hacer del mundo un lugar mejor”, dijo Peris Waithera Mwangi, estudiante musulmana en una institución católica de Kenia, el Tangaza University College. La presentación de Peris en uno de los paneles del Seminario está disponible en el canal de Youtube de CLAYSS junto a otras ponencias y plenarios.
Así como la pedagogía del aprendizaje-servicio se viene promoviendo en la Argentina desde hace dos décadas con apoyo del Ministerio de Educación de la Nación, independientemente del color político de quienes lo han conducido, el Seminario también se ha sostenido en el tiempo más allá de los vaivenes políticos. Este año contó con el apoyo de la OEI, la UBA y la UCA y la colaboración de la Red Iberoamericana y Uniservitate y se destacó por su carácter global, la numerosa presencia de estudiantes secundarios, universidades y organizaciones civiles y la intensidad emotiva de ciertos momentos.
De los 500 participantes 150 eran extranjeros y en la reunión de la Red Iberoamericana, y después en el Seminario, participaron representantes de las redes nacionales de aprendizaje-servicio de Portugal, España, Estados Unidos, México, Colombia, Ecuador, Chile, Uruguay y Argentina. También lo hicieron miembros de la Asociación internacional de investigadores de aprendizaje-servicio (IARSLCE); de las redes europeas de aprendizaje-servicio en educación superior y en escuelas y organizaciones.
El encuentro de jóvenes solidarios reunió a unos setenta adolescentes de siete escuelas de gestión pública y privada de la ciudad de Buenos Aires, conurbano bonaerense y Jujuy quienes compartieron experiencias solidarias con cuatro estudiantes universitarios de Kenia y uno de Tanzania. “Muchos piensan que este tipo de eventos son una pérdida de tiempo; yo lo considero una inversión del tiempo, es gente que viene a vos, te acompaña, te habla de sus situaciones. Es conocimiento tan valioso que uno nunca se va a poder olvidar”, compartió una alumna del colegio Carlos Pellegrini.
Se vieron lágrimas en los ojos de muchos en el auditorio cuando la docente ucraniana Olha Matiychuk describió las dolorosas situaciones provocadas por la guerra y las numerosas iniciativas de estudiantes de distintas disciplinas de la Universidad Católica de Ucrania para afrontar los nuevos desafíos. O cuando la estudiante africana Patrizia Kamene compartió cómo el aprendizaje-servicio la ayudó a superar las dificultades causadas por su ceguera, curar las heridas de varios intentos de abuso sexual y convertirse en una defensora de las personas con discapacidad y de las víctimas de violencia de género.
“Como educadores no podemos hacer más que comprometernos con el aprendizaje-servicio. Vemos que los momentos de necesidad son la madre de la innovación”, dijo Mercy Pushpalatha, consultora de programas para Asia Meridional, tras escuchar experiencias de aprendizaje-servicio en contextos diversos. “En todas las presentaciones vimos cómo el aprendizaje-servicio implica los tres elementos que conocemos: la cabeza, el corazón y las manos. Y vimos cómo se van mejorando las competencias académicas en los alumnos y cómo van cambiando las actitudes”, agregó.
Maria Nieves Tapia, directora y fundadora del CLAYSS, centró su ponencia en el futuro de la educación según lo plantea la UNESCO en el reciente documento “Reimaginar nuestro futuro juntos: un nuevo contrato social para la educación”. La UNESCO propone allí pensar un nuevo currículum en torno a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), adoptados por las Naciones Unidas en 2015, y al aprendizaje-servicio como una pedagogía innovadora de la educación del futuro junto al aprendizaje en base a proyectos y a la investigación y acción participativa. Sin embargo, afirmó Tapia, “veo en esta sala personas que hace 25 o 30 años están haciendo proyectos de aprendizaje-servicio (…). Acá estamos los que estamos haciendo la educación del futuro desde hace muchos años y la queremos proponer a todos”.
Los ODS fueron el eje de los encuentros del segundo día del Seminario en los que se registró que, como dijo luego Nieves Tapia, “detrás de cada uno de esos objetivos, hay experiencias concretas de aprendizaje y servicio” ya en desarrollo. Tapia destacó además la importancia de que la UNESCO indique la necesidad de formar ciudadanos globales con conocimientos y competencias para construir un futuro sostenible. “Todos sabemos hacer el dibujito de abrazar al planeta el Dia de la tierra, pero después hay que saber cómo se hace para cuidar y proteger al planeta y cómo resolver el problema de la pobreza”, dijo
Vannina Trentin, del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE), de la UNESCO, consideró que “es fuerte” que la UNESCO pida un nuevo contrato social y valoró el “merecido reconocimiento” del aprendizaje-servicio que, para ella “es mucho más que una estrategia, es un modo de habitar el mundo”.
El momento de la investigación
La apertura del Seminario estuvo a cargo del rector y vicerrector de la UCA, institución que cedió sus instalaciones para la realización del evento, Miguel Angel Schiavone y el Padre Gustavo Boquín; el presidente de CLAYSS, Jorge San Martín y el Subsecretario de participación y democratización educativa, Luis Calderaro, en representación del ministro de Educación de la Nación. Schiavone compartió su convicción de que el aprendizaje-servicio debe ser planificado, evaluable y obligatorio en tanto Boquin recordó que en todas las facultades de la UCA hay cátedras que aplican esta metodología y auspició una educación “que salga del caso imaginario para ir al caso real; salir de que todo me cierre en el pizarrón o en el Excel para ir a las dificultades verdaderas que me plantea la realidad”.
Entre los presentes había docentes que en su adolescencia participaron de los primeros proyectos de aprendizaje-servicio. De ahí que Nieves Tapia afirmó: “Me da una enorme alegría ver que estamos entrando en una segunda o tercera generación de aprendizaje-servicio. Quienes fueron nuestros alumnos ahora son docentes que están formando nuevas camadas de estudiantes que siguen haciendo aprendizaje-servicio y que esperamos que a su vez sean multiplicadores de esta pedagogía”.
El encuentro global de Uniservitate, red de universidades católicas que busca la institucionalización del aprendizaje-servicio en la educación superior, reunió a 35 universidades de los cinco continentes cuyos representantes mantuvieron un enriquecedor intercambio de experiencias. Así también sucedió durante las dos reuniones del Programa de aprendizaje-servicio en las Artes en las que se revisó el estado de la enseñanza artística en América Latina y se expusieron iniciativas de Perú, Brasil, Colombia y la Argentina. También fué alentador el encuentro mantenido en torno al programa de Ecología integral, recientemente creado por CLAYSS.
En tanto la JIAS 2023, que se realizó en la facultad de Odontología de la UBA, registró el mayor número de inscriptos en sus seis ediciones: 208 investigadores, docentes y estudiantes de 22 países. De 78 trabajos postulados se aprobaron 51 que fueron presentados durante la Jornada y quedarán disponibles en el sitio web de CLAYSS. Como síntesis la coordinadora de la JIAS, Alejandra Catibiela, dijo que hay una producción teórica muy importante sobre aprendizaje-servicio con un fuerte acento en la educación superior y alentó a que quienes trabajan en otros niveles educativos “puedan pensar sus prácticas en clave de investigación y de producción y transferencia de esos conocimientos”. En ese sentido el profesor de la Universidad de Minnesota especializado en aprendizaje-servicio, Andrew Furco, afirmó que “ahora es el momento de hacer investigaciones. Las puertas están abiertas para ellas”.